Cada año, el 17 de septiembre, se celebra el Día Mundial para la Seguridad del Paciente con el fin de reunir a pacientes, responsables políticos, personal sanitario y familiares para mostrar su compromiso con la seguridad del paciente.
Este año hemos preparado una serie especial de entrevistas con motivo del Mes de la Seguridad del Paciente, en las que recogemos las opiniones de destacados expertos en el campo de la seguridad del paciente y la gestión de la calidad. Estas entrevistas son una oportunidad única para profundizar en los retos y las innovaciones que conforman la asistencia sanitaria actual. Esperamos que estas ideas ayuden al personal sanitario a mejorar los resultados de los pacientes, elevar la calidad de la asistencia y dar prioridad a la seguridad en todos los niveles.
Este artículo es una entrevista con Abdel Latif M. Marini, Director de Calidad de UM Upper Chesapeake Health, que forma parte del prestigioso sistema médico de la Universidad de Maryland (EE.UU.). Abdel Latif empezó su carrera como enfermero de cuidados intensivos en la UCI del Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut y poco después pasó a ser analista de calidad. Hoy, casi dos décadas después, es un líder sanitario innovador y consumado con una experiencia progresiva en calidad sanitaria y seguridad del paciente. Actualmente cursa un doctorado en Salud Pública en la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins.
He aquí algunas ideas interesantes de nuestra conversación.
¿Qué indicadores clave de rendimiento (KPI) o métricas considera importantes para evaluar la calidad de la atención en el entorno sanitario actual?
Cuando hablamos de indicadores clave de rendimiento (KPI), tenemos nuestras métricas tradicionales que han resistido la prueba del tiempo, así como algunas emergentes que las organizaciones están empezando a explorar.
Uno de los KPI más utilizados es la encuesta de satisfacción del paciente, que consiste básicamente en un formulario o encuesta que los pacientes rellenan o envían por Internet. Una puntuación más alta suele reflejar un mayor nivel de calidad asistencial. También solemos utilizar KPI que miden los resultados clínicos, las complicaciones y las tasas de infección. KPI como las caídas, los errores médicos y las evaluaciones de las condiciones ambientales también son factores valiosos para evaluar la seguridad del paciente. Por ejemplo, supongamos que hay una mayor tasa de reingresos de pacientes. En ese caso, investigamos las causas probables, como deficiencias en el proceso de alta o seguimiento, para evitar que se repitan. Disponer de una combinación de indicadores adelantados y rezagados es crucial para tener una visión de conjunto.
Un KPI emergente que resulta interesante es el de las disparidades en la atención sanitaria.
Otra métrica cada vez más popular son los resultados comunicados por los pacientes, que evalúan el impacto de la asistencia sanitaria que reciben en su bienestar. Esto puede ofrecer información valiosa sobre la eficacia de los tratamientos y las intervenciones para mejorar su calidad de vida. Por ejemplo, si un paciente se somete a una operación de prótesis de cadera o rodilla, puede valorar la mejora de su bienestar general, movilidad y funcionalidad.
¿Cuáles cree que son algunos de los principales retos a la hora de garantizar la seguridad de los pacientes y cómo pueden abordarlos los profesionales sanitarios?
Aunque detesto culpar a los problemas o la escasez de mano de obra, es la realidad actual en muchos países. Hay una notable escasez de personal de enfermería y proveedores, y a veces también se ven afectadas funciones operativas como los servicios medioambientales, el personal de limpieza y de cocina. Nuestro complejo sistema sanitario depende de una red de personas, no sólo de las que desempeñan funciones de atención al paciente.
La actual escasez de personal contribuye al agotamiento y la fatiga del personal sanitario. Cuando se hacen turnos adicionales y no se duerme lo suficiente, la seguridad del paciente se ve afectada.
Durante la pandemia de Covid, organizaciones como la Comisión Conjunta llevaron a cabo investigaciones que revelaron un aumento de los incidentes de seguridad relacionados con el agotamiento del personal sanitario. Esta tendencia era evidente en todo el país, con problemas como las caídas de pacientes cada vez más frecuentes.
Otro reto, en mi opinión, es que la nueva y más joven generación de profesionales sanitarios puede haberse perdido una amplia formación práctica durante la pandemia en comparación con sus predecesores. Normalmente, los métodos tradicionales de formación en línea parecen inadecuados para la incorporación de nuevo personal. Dicho esto, existe una oportunidad para la adopción de la formación virtual y la realidad aumentada (RA), algo que todavía no se ha impuesto en el sector sanitario.
Como Director de Calidad, ¿cómo involucra al personal de primera línea en el proceso de mejora de la calidad?
Como líderes, desempeñamos un papel crucial a la hora de marcar la pauta de la mejora de la calidad. La visibilidad y la comunicación son muy importantes: el personal de primera línea tiene que oír de nosotros que la calidad y la seguridad están en el centro de todo lo que hacemos. La forma en que enfatizamos este mensaje y, lo que es aún más importante, la forma en que nuestras acciones se alinean con él pueden marcar una gran diferencia.
También me gusta reconocer y recompensar a los que están en primera línea por su contribución. A menudo, incluso las acciones aparentemente pequeñas de un proyecto de mejora pueden tener un impacto significativo. Celebrar estas pequeñas victorias no tiene por qué reservarse para las ocasiones de fin de año; reconocer y celebrar los éxitos a lo largo del camino puede hacer maravillas para aumentar su motivación.
¿Cómo animar al personal sanitario a notificar cuasi accidentes y efectos adversos sin temor a represalias?
Es muy importante animar al personal a que notifique los incidentes adversos o los cuasi accidentes, porque son oportunidades de aprendizaje. Para ello es esencial crear un sentimiento de seguridad psicológica. Como líderes, debemos demostrar nuestro compromiso con el establecimiento de una cultura de la seguridad en nuestra organización participando activamente en el proceso de notificación y apoyando a quienes denuncian los incidentes.
Debemos comprender que nadie causa daño intencionadamente; a menudo, se produce debido a factores sistémicos o de otro tipo en juego. Si no somos conscientes de estos problemas, no podremos rectificarlos. Por ejemplo, cuando se comparten las lecciones aprendidas de los incidentes notificados en un foro público y se detallan las medidas adoptadas para mejorar, se indica a los demás que la notificación se valora y se actúa en consecuencia. En nuestro camino hacia el daño cero, incluso revelamos esta información a los pacientes y sus familiares. La notificación por sí sola no basta; un mecanismo de retroalimentación es esencial en este proceso.
¿Qué tendencias o innovaciones tecnológicas emergentes prevé que afecten a la gestión de la calidad y la seguridad del paciente en la atención sanitaria?
También podemos explorar tecnologías avanzadas para la identificación de pacientes. Aunque actualmente se utiliza el escaneado de códigos de barras, la nueva tecnología de reconocimiento facial ofrece más fiabilidad, ya que las pulseras a veces pueden quedar ocultas. Sin embargo, es esencial equilibrar la adopción de estas tecnologías con las consideraciones de seguridad del paciente y el coste.
La IA y la analítica avanzada están provocando un cambio transformador en la atención sanitaria: ya se utiliza en aplicaciones como la interpretación de informes radiológicos. Grandes empresas como Google, Amazon y Microsoft están invirtiendo mucho en IA. En los próximos años, los algoritmos de aprendizaje automático desempeñarán un papel importante en la predicción de los riesgos de los pacientes y la optimización de los planes de tratamiento personalizados.
El auge de los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT) y de la tecnología ponible es otra tendencia al alza en la asistencia sanitaria. Estas herramientas proporcionan datos en tiempo real para el seguimiento de la salud de los pacientes y permiten una intervención temprana para prevenir eventos adversos, algo que ayudará a las organizaciones sanitarias a mejorar la seguridad de los pacientes. La medicina genómica, o medicina de precisión, es otro campo apasionante que está ganando adeptos y que permite personalizar los planes de tratamiento en función de la composición genética de cada persona.
¿Qué consejo daría a otras organizaciones sanitarias que se esfuerzan por mejorar su gestión de la calidad y la seguridad de los pacientes?
La seguridad y la calidad son responsabilidad de todos y se aplica a todas las áreas, no sólo al Departamento de Calidad y Seguridad. En mi opinión, hay un minidepartamento de calidad integrado en cada área funcional: informática, laboratorio, farmacia, cocina, etc. Es como un modelo fractal que se repite una y otra vez.
Fomentar la comunicación abierta, la transparencia y una cultura libre de culpas en la que puedan notificarse los incidentes y los cuasi accidentes es más importante que nunca. Es fundamental desarrollar la capacidad de mejora de la calidad en distintos ámbitos, como la mejora del rendimiento, el análisis de datos o la gestión del cambio, para dotar a los equipos de las herramientas y el apoyo adecuados.
El lema del Día para la Seguridad del Paciente de este año es "Implicar a los pacientes en la seguridad del paciente". ¿Cómo pueden las organizaciones sanitarias y su personal apoyar la participación de los pacientes?
Imagínese esto: todos formamos parte de un círculo sin fin, en el que cada uno de nosotros puede encontrarse en cualquier momento como paciente. Del mismo modo que defendemos apasionadamente una atención de primera, recordemos que a todos nos encantaría recibir esa misma atención excelente cuando nos toque a nosotros ser el centro de atención. Comprometámonos con nuestros pacientes conociéndoles primero, sabiendo lo que les importa, yendo más allá de su "número de habitación" y del diagnóstico.
Creo que la implicación del paciente empieza incluso antes de que sea hospitalizado o atendido en la clínica. Si la primera vez que su consulta o centro piensa en un paciente es cuando se registra por primera vez, ya va con retraso en lo que respecta a la implicación del paciente. Debemos ser conscientes de los factores sociales determinantes de la salud (DSS ) que pueden influir en los resultados de los pacientes, como las barreras lingüísticas, el acceso a la asistencia, las creencias y los valores, etcétera. Todo ello contribuye en gran medida a generar confianza y apoyo.
Como profesional de la salud, a veces me resulta difícil navegar por los servicios sanitarios, pero hay grandes oportunidades para hacer las cosas más fáciles, transparentes y accesibles. Cuando los pacientes conectan con sus médicos, es más probable que sigan los planes de tratamiento prescritos, sean puntuales con sus horarios de medicación y modifiquen sus comportamientos a largo plazo. Juntos podemos crear un mundo sanitario en el que los pacientes no sean meros receptores de atención, sino socios activos de su propio bienestar.